Un poeta del piano.

Un poeta del piano.

Para muchos es un poeta del piano; para otros es poseedor de una de las técnicas más sorprendentes de los últimos tiempos; para otros es la continuación de la gran escuela rusa, que cuenta con nombres como Serguéi Rajmáninov, Sviatoslav Richter, o Lázar Berman. Lo cierto es que un concierto de   Yevgueni Kissin es toda una oportunidad que no hay que perderse, pues la posibilidad de vivir una experiencia memorable está prácticamente asegurada.

El próximo viernes 17 de febrero, el Palau de la Música será el escenario en que este extraordinario pianista se presentará ante el público catalán, que suele acogerlo muy calurosamente. Dentro del programa que se ha anunciado podemos encontrar a varios de los autores fetiche, por  los que Kissin ha transitado a lo largo de su exitosa carrera. La primera parte del programa muestra una equilibrada muestra del amplio repertorio con que cuenta y lo profundo que ha logrado llegar en la obra de nombres como Bach, Mozart o Debussy. Así, la velada se iniciará con la Fantasía cromática y fuga, BWV 903 de J.S. Bach, para continuar con la Sonata para piano núm. 9, en Re mayor, KV 311 de W.A. Mozart. Ambas piezas sin duda son muestra del más elevado virtuosismo de sus autores;  obras que dentro de su época estaban pensadas para artistas de alto nivel y Kissin lo es absolutamente; pudiendo abordar con soltura la interpretación de dichas partituras atendiendo, en cada caso, al estilo que cada una de ellas exige.

Para concluir esta primera parte, el programa nos marca, una obra muy querida en «casa nostra», me refiero a Estampes de C. Debussy, pieza  estrenada en 1903 en París por el pianista catalán Ricardo Viñes y que es una de esas partituras   icónicas para muchos pianistas en la actualidad. Lo anterior es aun más notorio cuando pensamos en el brillante virtuosismo de Jardins sous la pluie, movimiento final de las tres  que integran la obra.Solo podemos frotarnos las manos de pensar lo que puede ser aquello con Kissin al piano.

Continuador de la gran tradición pianística rusa, Kissin consagra la segunda parte de su recital a una de las más altas cumbres de esta escuela: Serguéi Rajmáninov.

Rajmáninov en vida fue más celebrado como uno de los mejores pianistas del momento que como el autor que es ahora. Muchos veían su obra demasiado anticuada y centrada en un pasado que él férreamente se negó a olvidar. Así, podemos encontrar en obras como los 6 Études-Tableux, op. 39, ecos de una manera mucho más poética de concebir la música. La colección integrada por seis movimientos, está pensada de acuerdo con el modelo romántico, buscando en todo momento el lucimiento técnico del intérprete, pero apelando siempre también a la emotividad de quien escucha. No son solo ejercicios técnicos de alta escuela, sino piezas de un virtuosismo trascendental a la manera de Liszt, que permiten tanto al intérprete como al oyente acceder a otra dimensión de percepción.

La cita es, recuerden, el viernes 17 de febrero a las 20 horas, en el Palau de la música. Créanme que es toda una ocasión para disfrutar de uno de lo más grandes pianistas vivos de la actualidad